domingo, 28 de junio de 2015

La iniquidad es una conducta profundamente humana

Con voz enardecida, lejos de poderse oír, el principal agente inmobiliario de Costa Verde gritó una y otra vez tratando de superar ese invariable estampido del oleaje. Resignándose al ardor en la garganta reseca, quedó en silencio por un rato bajo la noche estrellada, absorbiendo de a sorbos el aire salitroso. Finalmente, mordiéndose los labios ante aquel repetido espectáculo, levantó los hombros, especulando con que el ridículo a veces es un pretexto bienvenido, y dio media vuelta sobre sus pasos hendiendo la arena húmeda y fría, para perderse en su cada vez más cementada civilización ribereña. 

S.F.

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